¿Y si el SIDA no existe?



En 1981 se detectó, en San Francisco (California), el primer caso de SIDA. Desde entonces la pandemia se ha esparcido por el mundo, dejando millones y millones de muertos. En América Latina, según un informe de 2007 del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), existen cerca de e 1,6 millones de personas que viven con el VIH en esta región y sólo en el un año murieron aproximadamente 58 mil personas. Esta enfermedad es una de los principales miedos que embargan a las personas en la actualidad, especialmente a las personas del sector LGTB, pues desde la década de los ochenta –época en que fueron advertidos los primeros casos en Estados Unidos- se dijo que era la enfermedad de las cuatro haches: hemofílicos, heroinómanos, haitianos y homosexuales.

Los que dicen que sí y los que dicen que no

Sin embargo, existe un grupo de personas y organizaciones que dudan de la mortalidad de esta enfermedad, que sostienen que el Virus de Inmunodeficiencia humana (VIH) no es la causa del SIDA e incluso cuestionan que este virus exista. Se trata de aquellos que prefieren elaborar perspectivas alternativas sobre el SIDA y que sustentan que alrededor del tema se ha manejado mucha información falsa o tergiversada. Estos planteamientos alternativos también dicen que la cura para el SIDA existe y está en cada uno de los afectados.
Algunos de las posturas alternativas sobre el SIDA plantean que el VIH es un virus inofensivo. Por tal motivo, la verdadera causa del SIDA no se encuentra en el virus sino en otros factores más ligados a la mente y a la psiquis de las personas. Pero otras posiciones que cuestionan el HIV como causa del SIDA van aún más allá, negando incluso que este virus exista. Según el Médico especialista en enfermedades infecciosas Roberto Giraldo, presidente de Monarcas-Movimiento de replanteamiento científico del SIDA, dice que “el virus del ‘VIH’ nunca ha sido aislado en ningún laboratorio del mundo. Tampoco ha podido ser fotografiado ni se ha comprobado con precisión el mecanismo en como se supone atacaría a las células del cuerpo humano”.
Luís Botinas, miembro de la ONG sin ánimo de lucro Plural-21, Asociación para el cuidado de la vida en un planeta vivo, dice que lo que en el fondo se debe proponer es un replanteamiento mismo de lo que hasta hace poco se daban como verdades absolutas: “Las dos preguntas que ahora debemos hacernos son “¿Es el SIDA una enfermedad?”. Y si la respuesta es negativa (como creo que es), entonces en “¿Qué es “eso” llamado SIDA?”. Estos interrogantes son decisivos si se quiere acabar con el SIDA en vez de perpetuarlo como supuesta “enfermedad crónica” y de fabricar la panacea de los especialistas oficiales del SIDA, de las farmacéuticas y de los “comités anti-SIDA”: una “epidemia crónica de SIDA”.
Para estos analistas alternativos, la cura del SIDA existe pero no es un medicamento o una droga. Se trata de tratamientos de medicina alternativa en los cuales se potencia el autoestima, las defensas corporales y una actitud positiva hacia la vida.
Una de las pioneras de este debate fue la norteamericana Christinne Maggiore. En su libro ¿Qué tal si todo lo que lo conoce del Sida fuera falso? se dio a la tarea de desenmarañar algunas de las hieráticas tesis que han rodeado al Síndrome de inmunodeficiencia Adquirida y al virus que supuestamente lo desencadena. En las arriesgadas propuestas de Maggiore se pone en duda que el VIH exista, que las pruebas que lo detectan efectivamente sirvan y que los medicamentos logren contrarrestar los síntomas de la enfermedad. Como ella misma sostiene en la introducción del libro, nunca lo hubiera escrito si no fuera por su propia experiencia de vida.
Uno de las primeras sentencias del libro consintió en poner en duda la eficacia de las llamadas “pruebas del Sida”, que en la actualidad son la Prueba de Elisa y la Western Blot. En su libro escribe lo siguiente: “Aquellas que se llaman popularmente “pruebas del sida” no identifican o diagnostican el SIDA y ni pueden detectar el VIH, el virus que se duce causa el SIDA. Las pruebas ELISA y Werten Blot, usadas normalmente para diagnosticar la infección por VIH, detectan solamente las interacciones sobre las proteínas y los anticuerpos que se cree son específicos del VIH; no detectan el VIH por si mismo”. Los descubrimientos de Maggiore no pararon ahí. En una de sus tesis más controvertidas, la autora afirma que el VIH no sólo no puede causar el sida, sino que éste no existe.
No obstante, su muerte a finales del 2005 a causa de una neumonía puso en tela de juicio las visiones alternativas del SIDA.
Según el grupo “Replantear el SIDA-Demoler el Mito”, son sede en España, Maggiore no murió como consecuencia del SIDA, sino del desgaste físico y mental que le produjo un tratamiento de medicina alternativa que realizó para mejorar el funcionamiento de sus pulmones. “La causa del fallecimiento de nuestra querida compañera Christine Maggiore fue la neumonía. Este es un claro ejemplo de cómo se perjudicó hasta la saciedad a esta incansable activista, desde todos los flancos, sin piedad y de forma inhumana, lo que le generó un estrés y una ansiedad sin precedentes y que la agotó más allá de lo que sus energías podían permitirle”, comenta Raúl Palma, vocero de este grupo.
Pero Maggiore no ha sido la única que ha puesto en cuestión las explicaciones tradicionales de esta enfermedad. A la lista de “disidentes” se han integrado científicos, intelectuales, médicos y hasta políticos. Uno de los más famosos es el Premio Nobel de Química 1993, Kary Mullis. En 1997 prologó el libro “Inventing the AIDS virus” del virólogo Peter Dusberg y más tarde, en el 2000, en su autobiografía “Dancing naked in the mind field” (Bailando desnudo en el campo de la mente), le dedicó un capítulo a debatir las hipótesis tradicionales con relación al SIDA. Es recordado por la frase “Sabemos que errar es humano, pero la hipótesis de que el VIH es la causa del SIDA es un error diabólico”.
Otro disidente famoso es el virólogo alemán Stefan Lanka, quien en 1997 -en una entrevista concedida al español Lluís Botina- aseguró “Para comprobar la existencia de un virus se demandan cuatro requisitos básicos. El primero es la toma de cuatro fotografías en diferentes estados del virus; el segundo es la caracterización exacta de cada proteína del virus; el tercer requisito es efectuar los experimentos de control y el último requisito es publicar artículos revistas científicas especializadas donde se informe de los avances investigativos con el virus. Pues bien, con el VIH no se han cumplido con ninguna de estas cuatro exigencias”.
En Hispanoamérica este debate ha repercutido con cierta fuerza. En países como México y Argentina ya existen grupos de disidentes de la teoría oficial del SIDA. Uno de ellos es Monarcas-Movimiento de replanteamiento científico del SIDA, con sede en Buenos Aires y varias ciudades de México. Según comenta Roberto Giraldo, presidente de esta asociación, actualmente hay muchos intentos por acallar estas versiones alternativas sobre el Sida.
Algunas de las posturas de los disidentes sostienen que el Vih es una conspiración de las empresas farmacéuticas obsesionadas en producir medicamentos de altos costos que no ayudan en nada a los seropositivos. En particular suelen ser muy incisivos denunciando los efectos colaterales del medicamento AZT o azidotimidina, que se había convertido en la “esperanza” para muchos enfermos diagnosticados con VIH. De acuerdo con algunos disientes de grupos de investigación científica (como los estudiosos del Perth Group y el científico Peter Duesberg) afirman que las cualidades farmacológicas del AZT impiden qué este medicamento ayude a contrarrestar el virus e incluso que su tratamiento favorece la vulnerabilidad del sistema inmunológico.
Carlos Arango Calad, psicólogo con una maestría en Psicología Comunitaria y con un doctorado en Psicología Social y quien mantuvo correspondencia con Maggiore, si bien dice que no puede dar fe de que las tesis de la autora sean ciertas, sí cree que hay muchos inconsistencias en torno al Sida y al VIH. “Para mí es absolutamente claro que vivimos en una sociedad caníbal, una sociedad que conspira permanentemente. Su principal conspiración es el consumo, que ha desarrollado una industria farmacéutica empeñada en que la gente consuma fármacos que no necesita”, expresa.
Y según Raúl Palma, el objetivo de las organizaciones alternativas es “esclarecer la verdad sobre este síndrome y las mentiras y fraudes que le rodean, a depurar las responsabilidades que puedan haber respecto a las millones de muertes innecesarias que han habido por error en el diagnóstico y en el tratamiento, tanto políticas como científicas, civiles y penales, ofrecer ayuda también a los diagnosticados para no ser atropellados por la mentira y el fraude político-médico-científico, y ofrecer alternativas para la recuperación y mantenimiento de la salud por uno mismo”.
Por otra parte, Álvaro Hernán Plazas, activista del sector LGTB que trabaja con personas que viven con VIH en Colombia, sostiene que su cercanía a las historias de vida de muchos enfermos le permite tener una visión más fehaciente al problema. “El haber conocido a personas que han fallecido de su tránsito de una fase VIH a una fase SIDA y a otras que viven con el virus del sida me permiten dar certeza de que el Sida es una realidad –manifiesta Plazas, quien asegura además que ha tenido la oportunidad de observar el virus a través del lente de un microscopio. “Maggiore y los otros negacionistas plantean algunos supuestos interesantes, pero aun no han podido refutar de manera clara los planteamientos claros de la “línea hegemónica” de la ciencia ubicada en la existencia del VIH y el sida”, asegura Plazas. “Es una teoría irresponsable toda vez que la realidad habla por si sola: millones de personas han fallecido o son personas que viven con el virus. Son claros sus efectos individuales, familiares, sociales, culturales e institucionales. Cerrar los ojos ante tal realidad atenta contra el cuerpo social y el sistema nervioso colectivo”, agrega.
Para Arango Calad la explicación a la existencia del SIDA no se encuentra en un virus sino en toda una trama social y mercantil: “La sociedad misma lleva a que las personas tengan un actitud irresponsable frente a su cuerpo, su sexualidad y su vida. Para mí el problema de la autoagresión a la sexualidad es el principal factor. Yo no diría que es un virus sino una institución empeñada en hacer toda una guerra ideológica en la sociedad, lo que es más mortal que cualquier virus”, comenta.
Independientemente de estas controversias, lo cierto es que con la muerte de Maggiore reabrió una serie de discusiones alrededor del sida que enfrentan a los que creen que en la versión oficial y los que dudan incluso de que el VIH exista.
Christine Maggiore
Nació el 25 de julio de 1956 en Chicago (Illinois) y paso gran parte de su infancia en el sur de California. Graduada con honores de Reseda High School, luego estudió mercadeo y la publicidad en Los Ángeles. Siendo una empresaria exitosa, en 1992, mientras se realizaba un chequeo de rutina, Maggiore fue diagnosticada con VIH y, como suele ocurrir, se le pronosticaron pocos años de vida. Tras superar la dolorosa noticia, Maggiore comenzó a ayudar voluntariamente a algunas organizaciones que trabajan con enfermos de SIDA. No obstante, un años más tarde, conoció al científico Peter Duesberg y rápidamente empezó a dudar de las versiones oficiales sobre el SIDA. Inconforme con ese veredicto médico, Maggiore se dio a la labor de consultar múltiples documentos y textos sobre al Sida y después de leer, comparar y analizar, los hallazgos a los que llegó fueron desconcertantes para muchos investigadores y activistas del Sida. En 1995 fundó el grupo Alive & Well IDS Alternatives, el cual se encargaba de promover el no consumo de medicamentos antirretrovirales en mujeres embarazadas diagnosticadas seropositivas.
Tiempo después publicó el libro ¿Qué tal si todo lo qué cres acerca del SIDA fuera falso? Para demostrar sus argumentos, tanto a su hijo Charlie como a su hija Eliza fueron amamantados por Maggiore. En1995, la pequeña Eliza falleció tras diagnosticársele neumonía relacionada al SIDA. Esta muerte generó una dura controversia en los Estados Unidos, pues Maggiore y Scovill contrataron a un patólogo particular que afirmó que la niña había fallaecido debido a una reacción alérgica al antibiótico llamado amoxicilina.
Dos años más tarde, Maggiore y su esposo demandaron al condado de Los Ángeles, diciendo que los resultados de la autopsia no eran los suficientemente claros. Amigos cercanos a Maggiore dicen que la muerte de Eliza la sumió en una profunda depresión, causándole rápidamente malestares de salud.
Según una noticia publicada por el diario Los Ángeles Time, el 27 de diciembre de 2008 Maggiore falleció en su casa en los Ángeles a la edad de 52 años.
Según informó el mismo periódico, el diagnostico de su muerte fue pulmonía bilateral aguda, aunque los datos suministrados no son muy profusos.


El toro de Osborne mallorquín volverá a ser negro este sábado

El toro de Osborne, con los colores gays en Mallorca

El único toro de Osborne ubicado en la localidad de Montuiri, el único existente en Mallorca ha amanecido el miércoles 14 pintado con los colores de la bandera gay. El movimiento antitaurino, que estos días trabaja en el archipiélago balear y que ha anunciado manifestaciones, es presuntamente es el autor de este atentado, informa burladero.com.

Se trata de todo un icono español que, además, está judicialmente protegido. En 1997, el Tribunal Supremo declaró que la imagen va más allá de lo meramente comercial "superando su sentido publicitario e integrándose en el paisaje".

La sentencia también recoge que "debe prevalecer como causa que justifica su conservación, el interés estético o cultural, que la colectividad ha atribuido a la esfinge del toro".

Precisamente hace tres meses se supo que el emblemático toro Osborne se instalará por primera vez en África gracias al resolución aprobada este lunes por el Consejo de Gobierno de Melilla tras alcanzar un acuerdo con la empresa de este emblema. El símbolo se situará en el barranco de Cabrerizas, lo que permitirá su visión desde todo el litoral e incluso desde las localidades marroquíes limítrofes.


El Círculo Balear ha reclamado que el toro de Osborne ubicado entre las localidades mallorquinas de Algaida y Montuiri, pintado actualmente con los colores de la bandera gay, sea declarado Patrimonio Histórico Artístico.

La Fundación Círculo Balear, que colabora en la restauración del único toro de Osborne que hay en la región, ha criticado las constantes agresiones que sufre la silueta a manos de "minorías radicales catalanistas".

Después de ser coloreado con la bandera del arcoiris, la asociación que preside Jorge Campos ha pedido que las autoridades lo protejan, como se hace en otras comunidades autónomas. De momento, participarán en recuperar el negro original en un acto programado para el próximo sábado.

Círculo Balear defiende "proteger una muestra más de la riqueza cultural de Baleares y un icono turístico de referencia para los que visitan Mallorca".

El Congreso de los Diputados aprobó en 1994 una propuesta que declaraba al toro de Osborne como una herencia cultural y artística del paisaje español.

España: los libros de texto olvidan la diversidad sexual

Los activistas gays reclaman que la historia del colectivo se imparta más allá de Educación para la Ciudadanía y sea una materia transversal

Cuando Rubén Lodi acudía a clase en su instituto de Talavera de la Reina (Toledo), a mediados de los años ochenta, sus profesores jamás nombraron, al hablar de Federico García Lorca, que este era homosexual. "Y el maestro que habló de Luis Cernuda casi le llamó maricón, provocó una risotada general en la clase", recuerda este chico, activista gay y coordinador de la asociación universitaria Arcópoli.

El Senado de California (Estados Unidos) ha aprobado recientemente que las escuelas públicas de dicho estado tendrán que enseñar, a partir del curso 2013-2014, la historia de la homosexualidad. Es decir, cómo el activista Harvey Milk revolucionó San Francisco en los setenta o cómo el mítico local Stonewall Inn, de Nueva York, congregó las primeras protestas en favor del colectivo. La propuesta, que parte de un senador demócrata gay, Mark Leno, pretende terminar con la homofobia en las aulas.

El acoso escolar a los alumnos homosexuales no es exclusiva de EEUU. En España, el 30% de los jóvenes varones reconoce haber participado en acciones homófobas (insultos, agresiones, burlas), según un informe de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb).

¿Y qué hay que hacer para parar la homofobia en las aulas, para que los alumnos vean normal que se hable de la condición sexual de Federico García Lorca? El sistema educativo español mira de reojo la homosexualidad, sin afrontar mediante una estrategia el desarrollo de la tolerancia en materia sexual de las futuras generaciones. La LOE (Ley Orgánica de Educación) apuntó por primera vez, en 2005, el "reconocimiento a la diversidad afectivo sexual" como uno de los objetivos principales del sistema.

Sin embargo, el desarrollo de ese punto se ha ceñido a la explicación de los tipos de familia constitucionales que describen los manuales de Educación para la Ciudadanía. No se ha avanzado más.

Tipos de familias

"Explicar los tipos de familias en clase siempre es un primer paso, importante, pero la temática de diversidad sexual debería ser una materia trasversal y que no se tocara sólo en los cursos donde se imparte esta asignatura", analiza el portavoz de Educación de la Felgtb, Jesús Generelo.

El libro que más críticas recibió por parte de los grupos ultracatólicos, que denunciaron ante la Justicia los manuales de Educación para la Ciudadanía, fue el de la editorial MacGraw Hill. En su edición del año 2007, la homosexualidad sólo es tratada en una ocasión dentro del apartado de "Nuevos tipos de familia", y enumera entre ellas a las "parejas abiertas" y "homosexuales". Las primeras son aquellas en las que cada miembro del binomio "homosexual o heterosexual" vive en su propio domicilio.

Los colectivos homosexuales exigen a la Administración que tome conciencia de este asunto por ser un problema de sensibilización a largo plazo, pero cuyas consecuencias son sufridas en la actualidad. Un estudio de la Felgtb que analizó la homofobia entre 4.600 alumnos de poblaciones de toda España señala que un 20% de la población estudiantil rechaza la homosexualidad. "Hay que trabajar desde infantil para evitar la exclusión", advierte Generelo.

Además, una de cada dos personas no heterosexuales dice haber sufrido algún tipo de violencia en su centro educativo, según el estudio.

Tonterías en la cabeza

A veces, los prejuicios llegan a tal punto que el adolescente se ve obligado a irse de casa. Es lo que le pasó a Fernando, de 19 años, que después de discutir y plantarles cara a sus padres, se ha ido a vivir a medio camino entre la casa de su tía y su abuela. "Cuando le dije a mi madre que era gay, me dijo: eso son tonterías tuyas de la cabeza", recuerda este chico, que reside en Madrid.

Fernando, que a pesar del acoso escolar que sufrió en el instituto fue premio de excelencia en el Bachillerato, está apenado porque ha perdido "el contacto y la relación que toda madre debe tener con su hijo". Este chico estudió en un colegio concertado católico, donde también tuvo que escuchar "insultos y tonterías".

Historias similares

Las historias se repiten entre los jóvenes. A Cristina Lucía, de 25 años, le tocó ser "la lesbiana del colegio". "Salí del armario y me señalaban por los pasillos, era el cotilleo", apunta esta joven. Cristina considera que la cultura LGTB (siglas que designan colectivamente a lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) sigue siendo un tabú del que se habla poco. "Por eso es esencial que se estudie en las aulas, para que deje de ser algo prohibido y terminen de una vez los insultos", agrega. Elena, bisexual de 21 años, señala que cuando se hablaba de su condición sexual en el instituto se resumía con que era gente "que tenía fantasías".

La asociación Fundación Triángulo organiza talleres en centros educativos, sobre todo en zonas rurales, para que los alumnos aprendan a aceptar al que no es igual. Es en los municipios pequeños donde los chicos tienen más prejuicios y donde a los que no son heterosexuales les cuesta salir más del armario.

La Felgtb, por su parte, ha trabajado en algunos proyectos desde Infantil. "Utilizamos un cuento para niños de 3 y 4 años que explica cómo un cuadrado es obligado a cortarse las esquinas para entrar por el espacio de un círculo. Al final, se enseña que es más fácil crear otra puerta para que el cuadrado entre sin hacerle daño", detalla Generelo. "Al final, los prejuicios contra lo diferente aparecen a los 12 y 13 años y el objetivo debe ser atajarlo antes. Que entiendan también como normal que a un niño le recojan del colegio sus dos madres o dos padres", concluye.