El toro de Osborne mallorquín deja de ser gay
No lo quieren gay ni multicolor. Y sobre todo, quieren verlo con sus atributos colgando. El único toro de Osborne que hay en Mallorca vuelve a vestir de negro después de que hace dos semanas amaneciera pintado con los colores de la bandera del colectivo homosexual.
"Nos lo pintaron de marica y le quitaron los huevos. ¿Desde cuándo un toro bravo no tiene huevos?", dice Antonio Gutiérrez, Presidente de la Federación Taurina de Mallorca, mientras recuerda que esta es la tercera vez que lo tienen que "reparar", puesto que en otras dos ocasiones el toro ha sido víctima de "pintadas ofensivas independentistas".
En total, cerca de un centenar de personas, entre políticos, ex guardia civiles y aficionados taurinos, han devuelto al astado su color original. El grupo ha necesitado poco más de una hora y varios litros de pintura negra para no dejar ni rastro del arcoiris.
Los atributos le fueron devueltos ayer noche, cuando se los soldaron por previsión a que hoy lloviera en la Isla.
Entre los brochazos de Los Polillas, del ex alcalde de Palma Joan Fageda, del presidente del Círculo Balear, Jorge Campos y de varios voluntarios más entre Guardia Civiles en activo y particulares defensores del mundo taurino, el toro mallorquín ha vuelto a ser el mismo que en el 56 sirvió para publicitar el brady Veterano por toda la geografía española.
Imprescindible una gran escalera con la que llegar a los dos cuernos y el rabo. Y dinero. Entre todos los voluntarios han aportado los euros necesarios para el material y las herramientas que han devuelto al toro su aspecto primigenio, el que les gusta, el castizo que "tiene un par".
"Manda huevos, creen que así ridiculizan a los que nos sentimos españoles, pero que sepan que con toro o sin él seguiremos siendo españoles por los siglos de los siglos", asegura el portavoz de Los Polillas, principal impulsor del acto, que también denuncia el abandono de los toros de Osborne, a los que defiende como iconos del españolismo y de los que recuerda que son un emblema protegido jurídicamente desde 1997.
Los Polillas son un grupo de personas "de derechas, cabreadas con la situación política actual" cuyos principios son "la unidad de España, la defensa de todas sus instituciones y símbolos y la libertad de expresión en cualquier idioma, sea español o mallorquín", a las que consideran sus dos lenguas. Tras el "acto festivo", en el que han "reparado la ofensa", todos han ido a celebrarlo con una comida en un restaurante cercano al toro repintado.
El astado mallorquín lleva en el municipio de Montuiri desde los años 50 y desde los 80 es el único que hay en la Isla, ya que el otro, el que había en Santa María fue "derribado" por grupos independentistas. El que ayer a las 12.00 horas dejó de ser gay está situado junto a la carretera de Palma a Manacor, entre las localidades de Algaida y Montuïri.
Jorge Campos, presidente del Círculo Balear, ha denunciado que el toro de Osborne "sufre constantes agresiones por parte de las minorías radicales catalanistas, en forma de pintadas y desperfectos" y ha pedido que "se protejan como Patrimonio Histórico Artístico".
"Tenemos que cuidar una muestra más de la riqueza cultural de Baleares, y un icono turístico de referencia para los que visitan Mallorca", ha dicho Campos. En relación a la protección del toro de Osborne, en 1994 el Congreso de los Diputados aprobó una propuesta que lo declaraba como una herencia cultural y artística del paisaje español. Tres años después el Tribunal Supremo declaró este símbolo "parte del patrimonio cultural y artístico de los españoles» y sostuvo que la imagen va más allá de lo meramente comercial «superando su sentido publicitario e integrándose en el paisaje".
La sentencia también recogió que "debe prevalecer como causa que justifica su conservación, el interés estético o cultural, que la colectividad ha atribuido a la esfinge del toro".
En Andalucía, la Junta lo ha catalogado como "bien cultural" y en Navarra existe una Ley Foral para mantenerlos en su territorio.
Los defensores del toro de Osborne celebran también que hace tres meses se diera la noticia de que el emblemático toro se instalará por primera vez en África gracias al resolución aprobada este lunes por el Consejo de Gobierno de Melilla tras alcanzar un acuerdo con la empresa de este emblema.
El símbolo se situará en el barranco de Cabrerizas, lo que permitirá su visión desde todo el litoral e incluso desde las localidades marroquíes limítrofes. Negro, multicolor, españolísimo o indepedentista.
Mientras otro toro de Osborne sale de las fronteras españolas, el mallorquín aguanta estoico las pintadas de unos y de otros, siempre en su sitio, a la vera de la carretera de Manacor.